La mejor manera de explicarlo es comparar un implante dental con un diente real. Un diente natural se compone de una raíz y una corona. La parte que usted puede ver o utiliza para comer la llamamos corona y a continuación de la corona encontramos la raiz que sujeta al diente a través del hueso maxilar.

Cuando usted pierde un diente, pierde tanto la raiz como la corona. Para reemplazarlo con un implante dental el primer paso es dotarle de una raíz nueva. Esa raíz se forma con un tornillo de titanio introducido por un agujero que el dentista crea en su mandíbula, sustituyendo la raíz perdida de su diente natural.